película

jueves, 23 de diciembre de 2010

“Podrían hacer una película de esto… ciertamente duraría más de dos horas… quizás cuántas partes tendría…” dijo él apretándole la mano. Ella sonrió y respondió: ”claro, habría que decir mucho de esto. Pero el final sería plagio a otra película. Yo sería Julia Roberts, bailando con un gay en tu matrimonio… uno de los tantos que tendrás… porque serán varios, de eso estoy segura”. Él la miró divertido y se rieron con inocencia. Ella se dejó abrazar por el pasado. Cuando se sacó el primer zapato para lanzarse a ese río se detuvo.
Se miraron tiernamente, él recodaba nadie sabe qué. Ella recordaba, y el recuerdo la hizo acotar: “No. No, yo no soy como la Roberts. El final no es ese. De hace rato que ya no es. La película se acaba aquí, escucha. Ella y él se besan una última vez. Él no lo sabe pero es la última. Ella cierra la puerta y se va cojeando. Se saca los zapatos y corre libre. Él se queda en su casa pensando nadie sabe qué. Pero ella sigue corriendo y se da cuenta de que se aburrió. No de él, sino de los inciertos, las medias tintas y sobre todo, y más que nada, de las segundas partes…”
Él preguntó: “¿y entonces, en qué terminó la película?”. Ella responde: “bueno, no es muy sorprendente el final, pero creo que así va. Ella toma un bus a ninguna parte, sonriente. Va hacia el futuro y le envía postales a él. Ya no cojea, se compró zapatos nuevos. Así es como termina.”.
Acto seguido, se disculpa, dice que es muy tarde, que debe irse. Él la retiene.
Se besan una vez más y luego de un abrazo de años y años, ella dice “corten” y se acaba la película.


Esta vez si que si.

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