Escribir

domingo, 18 de diciembre de 2011
Devorar insaciablemente muslos de mujer que encierran el vórtice de la nada. Nada que es todo. Nada que es nada.

Vida

reflejo

miércoles, 14 de diciembre de 2011
Son manos huesudas dentro de otras manos que encierran un abismo. Te tocan, se desperdigan en tu piel-palimsesto.
Te escriben con letras coloreadas, tornasoles, pero tu sabes que existe acantilado entre esos huesos que hermosean tus fragmentos.
¿Què hacer cuando los fragmentos se van corriente abajo, en un rio de espejos rotos, en un cauce de magma y sangre, de fotos melladas por el orin y la noche?
Los fragmentos se van. Y las manos abismales que contenían las huesudas nunca contuvieron algo.
No eran màs que tus huesos brillantes bajo un sol de vidrio.
Tus huesos surcando el desierto helado de tu propio vacío.