Sueño en blanco y negro con el capitulo 7 del manual para armar una silla

martes, 22 de diciembre de 2009
Yo soy un cuadrado que tiene tres lados y tu, las flores de Mayo en la sombra bajo el guayacan ( el de la curva).
Aunque sorda, la guitarra me encandila, la guitarra y la forma de tus dedos, esos que quieren recorrer un mapa sin saber a dònde van.
Lo mismo puedes ser una molotov o un incendio forestal pero ahora quemas. Y tu humo rojo se me cuela por la oreja como incienso.
Eso creo que eres. Y un leòn con dientes de miel, una bandera de ninguna parte que se viene a sentar a un costado de mi memoria.
Y yo soy el flaneur que perdiò las piernas al verte de frente, y de lado, al fondo. Eres la mano y yo soy el vaso al borde de la mesa.
Ahora somos el beso,pero el de Klimt,robado a un pintor de la Plaza de Armas.
Aùn asì...

¿Sabes lo que quiero?


... Regalarte una tortuga.

Recuerdos de playa

martes, 15 de diciembre de 2009
Te amo ahora, aunque no te conozca, Ahora, en esta playa, bajo las estrellas limpias de esta región. Así, medios copeteados, aunque no nos volvamos a ver. No es porque quiera acostarme contigo, lo digo en serio. Te amo ahora y se que tu también, dijiste besándome con fuerza, con ímpetu, como si de verdad fuera cierto. Y fuiste la primera persona a la que se lo dije, y no fue por corresponder. Fue cierto, también te ame durante esas noches de visión dispersa, media alcoholizada, algo drogada. Con agua de mar en los zapatos y arena en todas partes. Te ame, pero solo en esas horas, es q mi corazón no funciona por más de tres

Tal vez ...

lunes, 14 de diciembre de 2009
Leo un horóscopo al día, solo el mío. Alguna vez leí dos, tal vez tres. Mi futuro astrológico es el único que me compete ahora. Y las estrellas que caen de tus dedos, tal vez mañana, tal vez…
Me quemaras con estrellas moribundas y yo me dejaré sumisa (eso crees) mientras mis zarpas te marcaran, sangrarás, me quemare y así doliendo, doliendo nos quedaremos en la memoria del otro. Te quedarás, espero, hasta que lea dos horóscopos al día y el café de la mañana, aunque frío, nos haga abrazarnos y decir “que bueno es despertar así”.