Mi oído izquierdo explotará en cualquier momento. Lo se, se siente. Creo que cuando suceda, los ríos que bullen dentro de mi cráneo, saldrán a un mar desconocido y se diluirán para siempre jamás. Es probable también, que la naturaleza una vez más obre con sabiduría y que necesite eliminar todos los causes que ordenan mi mente, y no escuchar, no escuchar a nadie por unos momentos, para después, poder aprender a oír de nuevo.
Sea como sea, se que mi mente en cualquier momento arrasará con sus barreras y escapará por mis orejas o mis ojos, o tal vez, inusitadamente, por debajo de mis uñas. Tal vez es ese el tsunami de mi sueño. Cuando algo se destruye, hay que reconstruir. Una casa, una ciudad, la confianza, la fuerza.
Si hay que hacer correr el agua, o la sangre, habrá que hacerlo. Es una prueba más. Hemos pasado tantas, lo sabes bien. Si, tu sonrisa registra aun rastros de esa ternura (a veces) pretendidamente perdida.
Vamos, que nos moriremos una vez más, y luego, despertaremos de nuevo, con la piel más dura, y las garras más fuertes. Con un rugido más poderoso y con ríos, tantos, tantos, que llegarán al sol…
y ya sabe lo que pasa con el agua y la luz.
0 comentarios:
Publicar un comentario