Decían silencios metidos en mis dientes, ellas, palabras en cautiverio, agolpadas todas, pujantes, escociendo.
En esa cárcel maldita, temen pudrirse en su lucha, cautivas y laceradas, por esos ojos vacíos que tímidamente apuñalan a las palabras mías, amedrentándolas, dejándolas sumidas en su prisión.
No hay veneno más letal que tu horrenda dulzura, o tu más ingrata complacencia. Me dañan, me perturban y me queman los labios tus besos mal dados, fríos y extraños a la insistencia mía.
Y tras huir de tu cama, una mañana nubosa, el desdoro se apodera de mi sangre, agitándola en mis carnes con violencia ruin. Se me suben los colores al rostro y es porque siento que lo he destruido todo, todo en una noche. Y porque siento entre mis dientes a las malditas morirse, mientras con una ultima mirada me despides. Me maldigo nuevamente pues no lo dije, y talvez ya no exista una nueva oportunidad.
It's a Trap!
Hace 5 años
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