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lunes, 4 de abril de 2011
Ganas de verte, "necesidad de verte" como diría Benedetti. Es totalmente incoherente, como yo leyendo el nombre de una planta, sin saber que cresta es, y pensando en latín solo para buscar un punto en común entre estos universos distantes, apartes, paralelos que por alguna razón ignota y bienaventurada se encontraron en el medio de una casualidad.
Tengo ganas de gritar, y de publicar mil canciones ridículas y de decirte tantas cosas que jamás sabrás. Entre ellas que quería verte hoy, o tal vez el viernes. Entre ellas que algo se desequilibra en mi interior y pienso cosas que no quiero pensar. Que hoy soñé contigo y que pensé, por un segundo, que el nombre de esa planta tenía algo que ver conmigo, contigo también, con ese día y que no pregunté solo por no parecer idiota ( porque lo soy, lo estoy, pero no quiero que lo sepas).
Que estúpidamente espero que hagas algo, o que digas algo para responder "yo también". O que hace mucho que no le daba la mano a alguien y se sentía tan bien. Que ese momento del corazón rompió algo, que fue una metáfora maldita y que tal vez por eso no deja de dar vueltas en mi cabeza.
Quisiera decirte también que estoy perdiendo el tiempo magistralmente,escribiendo esto, pensando en qué estarás haciendo, esperando algo imprevisto. Deseando que por lo menos desde ese día hasta hoy, en algún segundo, en alguna hora del día, tal vez mientras te lavabas los dientes, o te abrochabas los zapatos, hayas pensado un décimo de las tonterías que yo si.
Y es una urgencia tan maldita que me oprime el pecho.Ganas difícilmente reprimibles de salir corriendo a buscarte, aún sabiendo que no sabría a dónde ir.

Cuesta tanto comerse tantas palabras,duele el estómago. Se aprieta la lengua y el minotauro se esconde inevitablemente en los pliegues de mi ropa. Necesito que salga de ahí.

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