Nuevo camino

miércoles, 9 de marzo de 2011
Ese fuego, esa pasión desconocida que te está acariciando lentamente los sentidos. La enredadera que sube y te recorre, cada centímetro de piel, cada pulgada de corazón, cada neurona.
Es más que fuego, es más que excitación, es pasión y un poco de dolor. Ver duele.
Es tomar el mundo en tus manos y soplarle tu ánima encima, ponertelo entre los pechos y apretarlo hasta que sangres, hasta que se incruste en tu ser.
Es mirar las calles de modo diferente.
Es ver las estrellas que el smog oscurece.
Es levantarte con una sonrisa en la cara y caminar con fuerza.
Es el miedo de no hacerlo bien, es el miedo de fallarles, y fallarte.
Son las ansias de desafío, el hambre y la ambición por ir más allá.
Es ser un pez a contracorriente. Es ser una pendeja obstinada y terca.
Es creer en la gente. Es vomitar tu escepticismo y pesimismo y enterrarlo en otra dimensión.
Es abrir los ojos como si fuera la primera vez. Es dejarte ir, y botar tus muros.
Es fe.
Es querer pintar las calles con tus dedos,ayudar a construir mundos con hojas de papel.
Es humildad. Mirar al otro como otro y no como proyección de mi misma.
Es conciliación con el mundo, combate a muerte con el mundo.
El pálpito de cada fibra de tu cuerpo.
Es revolución y viaje.
Es amor.

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