Gigante (s)

viernes, 15 de enero de 2010
Si es muy dificil para ti, cántame, se que te sale mejor. O invitame a escuchar alguna guitarra por ahi, alguna bateria furiosa, lo que quieras. Pero no hagas que nuestras páginas no escritas se hagan cenizas.
No quiero bañarte en bencina, tu cigarro haría que se quemen hasta mis pestañas. Me aferro a esa musica que imagino, como si fuera la de las esferas.Y a la innominada presencia de tus letras en mi cabeza,que sin ellas, se tiñe de sepia, aunque sea por un rato. Los adejtivos que siempre se me hacen esquivos, se agolpan inquietos tras la lengua cuando es como debiera ser.
Cuando es así... hasta pareces un tripulante del Playa Girón

...

domingo, 10 de enero de 2010
No se que significa siquiera que este llorando, no se si es por "el viejo comunista" o por la vieja que a veces se me intenta escapar por debajo de las uñas.O por el olorcillo a podredumbre que siento de pronto bajo ese Carolina Herrera y que más adelante, por calles más soleadas, se escurre haciendole el quite a esa colonia barata que va al frente, y a la de al lado también.
Y son lagrimas que son agua salada, esa agua que no se puede tomar y si no se toma no sirve de nada. Ni riega plantas tampoco, nisiquiera a mi me importaran en 3 horas más.
Como tampoco me importa el azufre a ratos ni la muralla violentada, ultrajada a la que le faltan tres ladrillos. Pero lloró y dentro mio llora también la Ofelia, la Maga y ese Silvio que todos llevamos dentro.
Mientras afuera el sol destiñe todo y los autos se van comiendo mis pasos y otros más polvorientos. Mis lagrimas no llegan al mar a acariciar sirenas ni peces luminosos. Mis lagrimas se despeñan cadera abajo, se hacen barro, pero no crean hombre

Y a nadie le importa un carajo

mi vicio

lunes, 4 de enero de 2010
Quiero gritar. Hacer que el papel responda, que alguien responda, es que ya es suficiente. No entiendo como es que puedes estar en todas partes y me cuesta cada vez más callarte. Callarte, si, porque te tomaste mi garganta y con furia, impetu o lo que sea, deseas salir. En un grito, en un ahullido, en un gemido tal vez, pero quieres gritar en mi.
Me duele la garganta y los ojos y todo lo que no escapa. La piel que no has tocado se retuerce entre las incertidumbre y las sabanas y la arena de ese maldito reloj que no se cae nunca y que en su perpetuidad me asfixia y a ti también.
Siento que soy nada más que el humo de tu cigarro, ese que de seguro ahora mismo estas asesinando y levitando me escapo. Y son dos meses o diez minutos, da igual , eres la urgencia, el sindrome de abstinencia mas jodido que he conocido.

E

sábado, 2 de enero de 2010

Dime tu segundo nombre. ¿Por qué? Preguntaste, sabías que no era necesario saberse ni el primero para llegar hasta allí. No sé, te dije, solo dímelo. Eres…
¿Diferente? Dijiste divertido y remataste con una risita irónica. Si, diferente te dije. Y cuando pude ver el temor subiendo por tu garganta, como una bala lista a ser disparada para adormecerme y salir corriendo , lo aclare. Diferente, no príncipe azul, no ¡oh amor de mi vida!, no ¿quieres pololear conmigo?, no super hombre ni hombre nuevo, no. Contigo puedo hablar.
Me miraste con cara de pregunta superlativa y con la sombra que te imprime el ego herido en las mejillas, como si te hubiese dado una cachetada.
Hablar dijiste… si, podemos hablar, si no pudieramos tal vez nunca me hubieses traido a desordenar tus sabanas, concluiste con esa risa algo deshilvanada, la misma que me regalas ( sin yo quererlo, obviamente) cuando digo algo medio “pop” .
Y mi vida, te dije, haciendole el quite al humo de ese cigarro que amas fumar despues del sexo y que yo encuentro de un cursilerio de pésima categoria.
Ahí la risa se te puso suave y me tomaste la mano. Te mire seria y te pedi que solo procuraras no dejar un desastre muy grande. Me besaste la frente y dijiste “ siempre serás mi Lucia”. Se y sabes que no me llamo así, pero los dos entendemos… y ahí te abri la puerta