Marido y mujer

miércoles, 13 de febrero de 2008
Me da rabia a veces engañar falsamente a esa curva deliciosa de tu cintura, esa maldita cintura tuya, dictadora y tiránica… Es una perra esa cintura, me hace ver cada ola, cada nube, cada grito como una cintura, omnipresente, al igual que tus piernas inmensas, más largas que los ríos, morenas como el atardecer. Haces que mi mundo sea una cintura y un par de piernas interminable… ¡vaya bellaca que eres!
Por eso falsamente te engaño, sin engañarte, pues ni sabes ni sabrás que siendo de otros he sido casi siempre tuya.
Escúpeme una bocanada de tu cigarro mientras juego a la esposa ofendida cuando me cuentas de ella. Y me siento el marido dominante al contarte detalladamente mis aventuras con otros, al arrojártelas en la cara, como tú me escupes tu humo. Pero todo es en mi cabeza, pues nunca he sido tu esposa, ni nunca seré tu marido. Nunca me celarás ni nunca podré hacerlo, quedará como testigo de mis celos mi labio torturado por mis dientes furiosos de saberte pensando en otra, deseando a otra y no a mi, que por ti sería marido y mujer.

2 comentarios:

Lau dijo...

q Freak
= ta seco
besos!

Rosario dijo...

Me gusto harto el escrito, freak cmo dijo la lau pero muy buenoo

un besitoo!!

te kiero